domingo, 15 de enero de 2012

Sin sol, no hay luz, aunque se vea.

Amanecer desde el refugio de La Mussara
    Hay días que la motivación para salir a entrenar reside en las imágenes que intuyes vas a encontrarte a lo largo de la ruta escogida, las sensaciones que vas a sentir, valga la redundancia, a medida que vas salvando obstáculos, o simplemente la solidaridad inherente a la amistad, pues si no fuera por qué hay alguien esperándote a las 7.15am en la esquina de siempre, no te enfundas el equipaje ni preparas la mochila la noche antes, ni te levantas a horas intempestivas un domingo en silencio y a oscuras, y finalmente desayunar sin apetito.  
Y cuando a lo largo del camino vas certificando que lo que tus ojos ven era lo que te habías instalado en tu imaginario motivador, versión 2.0.12, entonces ya no te acuerdas del sueño que te susurraba muy zalamero
8.45am
que en la cama estarías mejor, ni de que te has pasado 5 minutos decidiendo qué ropa llevar, qué ropa no llevar, ni siquiera te acuerdas que a las 7.40am en pleno enero, es oscuro, por mucho que el siempre positivo "Prospero" opine lo contrario.  
Es sorprendente aunque muy bonito, ver cómo en estas fechas, hay gente acampando en los alrededores del refugio de La Mussara y del mismo pueblo.  Sorprendente por qué las furgonetas o caravanas amanecen cubiertas de una capa de escarcha que hace presumir una noche fresquita.  Bonito por qué ... por qué sí.  Las vistas desde ese alto son preciosas, así que ver anocher y amanecer desde ahí, bien valen la pena una noche en sacos y con gorro. 
Para acabar, los desayunos en el Casal Vilaplanenc son 100% recomendables.  Actualizando datos y .... ya está, archivado y guardado en el imaginario motivador versión 2.0.12. 

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