No todo es correr en esta vida. También se anda. Y andandito andandito, se llega al mismo sítio, aunque más despacito. Mi muy estimada y paciente compañera de fatigas diarias se calzó este sábado sus Chirucas y decidió ver con sus propios ojos ese punto de referencia y tan manido turonet que nos vigila allá en lo alto cual deidad, desde el olimpo de nuestras montañas. Se puede apreciar la veneración profusa que Prospero y Cuando puedo dedican al mismo. Cada loco con su tema ¿no? Gracias por la matinal, un placer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario