L'Albert és un ultrafondista, ultramaratonià, ultratrailer ... no sé, definiu-lo vosaltres amb la paraula que més us agradi. És una disciplina per la qual em sento molt atret, tot i que em queda molt per ni tan sols plantejar-m'ho seriosament. És fàcil parlar-ne, seguir-ne, admirar-ne fenòmens com en Kilian Jornet, de qui es troba infinitat d'informació i videos a internet i programes de TV. Bé, infinitat potser no seria la paraula correcte. Infinitat de futbol si seria un exemple correcte. El cas és que fa un parell de setmanes l'única noticia que tenía jo de l'Albert era que "Prospero" se l'havia trobat just passat el Coll de la Batalla a la RPR, però tots anaven perduts. A la postre, l'Albert va fer un 3er i "Prospero" va arribar una estoneta més tard. És a dir, que no tenia ni idea qui era aquest noi. I de sobte, em trobo seguint el seu bloc dia rere dia. Els nois d'Obrint Traça van penjar un article sobre un tal Albert Giné que està fent la Volta a Catalunya en 15 dies i amb un objectiu extraesportiu: aconseguir el major nombre de kilograms de menjar per nens saharauis. Més que loable. Admirable. Tots dos objectius. L'un, l'esportiu, pel repte que supossa fer aquesta quantitat de kilòmetres en tant poc temps. L'altre, l'extraesportiu, per què a dia d'avui coneixem de sobres la problemàtica als camps de refugiats, de qualsevol part del món. I la comunitat saharaui n'és un exemple. I l'Albert necessita que nosaltres col.laborem. Si us plau, visiteu el seu bloc, i animeu-lo.
"Próspero" y "Cuando puedo" salían a correr por el monte y decidieron hacer extensivo al mundo internauta sus aventuras y desventuras. A veces también pedalean hierros con gomas gastadas, frenos chirriantes y grasa enfangada. O, de como perder el tiempo delante del ordenador.
martes, 21 de junio de 2011
lunes, 6 de junio de 2011
XV Caminada Reus-Prades-Reus

Esta iba a ser una edición especial para mí, otra más. En este caso, por intentar hacerla corriendo, contradiciendo así el espíritu de la carrera. Para los que no la conozcan, brevemente, 55.4km de distancia con un desnivel de unos 2900m acumulados. En la web www.aecreus.cat hay más información. Y en definitiva, una clásica en la zona, y en Catalunya, englobada en la Copa Catalana de Caminades de Resistència, organizada por la FEEC . En fin, una pedazo de carrera, siempre el primer domingo de junio. Que tradicionalmente, llueve.
El caso es que amanece temprano el domingo, desayuno y arrastro a Laia hacia el coche. Ella sube sólo a Prades, caminando. Recogemos a Laura y después de conducir en sentido contrario por una calle, aparcamos el coche. Justo después aparece la Guardia Urbana. Me tiemblan las canillas. Je je je ... no me han visto. Eso de transgredir la ley me sienta muy mal. Nos encontramos con Eva, Sergi y Santi, recogemos dorsales, aparecen Eloi y Angel, y finalmente Jaume y David. Hay cerca de 800 participantes reunidos en la línea de salida y los nervios afloran. Cohete a las 7am y a correr. Corro a la par que muchos otros y veo que los hay que van muy fuerte desde el inicio. Son muchos kilómetros en total, así que yo a mi ritmo. No habíamos llegado a la carretera de Castellvell que ya no veo ni a Jaume ni a David. Con Eloi y Angel nos vamos cruzando, y también me adelanta Ricard. En definitiva, voy el último de los que conozco. Castellvell, Picarany y Coll de la Batalla, primer control y avituallamiento líquido. De ahí a la Font del Roure, primera subida, pasito a pasito, pero ya empezamos a ser caras conocidas. El avituallamiento de Font del Roure es tramposo, es el primer avituallamiento sólido y si no conoces la subida que hay justo después, un bocado de más te hace polvo. Asi que hidrato bien y guardo alguna pastita para el camino. Llegar a las Antenas de TV es saber que se ha superado el primer escollo. Y por Els Motllats me uno a un grupo con el que pasaré gran parte del día. Juntos llegamos a Prades, control con Paco y Carlos, saludo a Eloi que justo entra a Prades delante de mí y un avituallamiento ligero y rápido, cargando los bolsillos para el camino. Al salir de Prades, me uno al grupo e iniciamos la larga y pesada recta de casi 2km de carretera hasta enlazar con el PR que nos llevará, no sin caídas varias, hasta La Febró. Allí empiezo a notar el cansancio. Y subir els Avencs me destroza, pierdo el grupo y no los alcanzo hasta el control de la carretera de La Mussara. La bajada por Les Tosques es espectacular. Me animo, olvido mis dolores y mantengo un ritmo que permite adelantar a varios participantes, entre ellos David, al que las piedras del camino le han dejado huella allá dónde la espalda pierde su casto nombre. El avituallamiento de Vilaplana es característico por la coca que ofrecen, por la organización y servicio de reciclaje de basuras y por ser el punto y final a los caminos de montaña. A partir de aquí unos 14km básicamente planos, a excepción de la subida al salir de l'Aleixar. Pierdo el grupo y dejo atrás a David. El camino se hace insufrible, hace sol, no hay sombras y empiezan a adelantarme corredores que minan poquito a poquito mi moral. En l'Aleixar veo que el grupo aún se avitualla cuando llego, pero ellos ya no son mi objetivo. Empiezo el último tramo hasta Reus sólo, aunque me sigue pasando algún corredor. Llegados a la riera, el último jarro de agua fría. Eva y Sergi, superando todas sus expectativas, y las mías, me avanzan. Eva intenta animarme, pero su ritmo es a estas alturas de carrera, muy superior al mío. Llego al último control en Boca de la Mina sabiendo que a falta de 2km esto está más que hecho. Incluso adelanto un par de corredores. Espejismo. Antes de llegar al final, me recuperan la posición esos 2 y otro par de ellos que había dejado atrás mucho antes. La organización decide ponerme 2 minutos más del tiempo que marca mi crono, pero ya no me importa, estoy más que satisfecho. Con un crono de 7h49min, he bajado más de 1h el tiempo que yo me había propuesto de inicio, unas 9h, con lo que buscarle pegas al asunto es innecesario. Ha sido mi primera carrera larga de montaña, y no sólo he sufrido y disfrutado, sino que podría decir que he aprendido algo ... pero lo olvidé no sé cuándo!
El caso es que amanece temprano el domingo, desayuno y arrastro a Laia hacia el coche. Ella sube sólo a Prades, caminando. Recogemos a Laura y después de conducir en sentido contrario por una calle, aparcamos el coche. Justo después aparece la Guardia Urbana. Me tiemblan las canillas. Je je je ... no me han visto. Eso de transgredir la ley me sienta muy mal. Nos encontramos con Eva, Sergi y Santi, recogemos dorsales, aparecen Eloi y Angel, y finalmente Jaume y David. Hay cerca de 800 participantes reunidos en la línea de salida y los nervios afloran. Cohete a las 7am y a correr. Corro a la par que muchos otros y veo que los hay que van muy fuerte desde el inicio. Son muchos kilómetros en total, así que yo a mi ritmo. No habíamos llegado a la carretera de Castellvell que ya no veo ni a Jaume ni a David. Con Eloi y Angel nos vamos cruzando, y también me adelanta Ricard. En definitiva, voy el último de los que conozco. Castellvell, Picarany y Coll de la Batalla, primer control y avituallamiento líquido. De ahí a la Font del Roure, primera subida, pasito a pasito, pero ya empezamos a ser caras conocidas. El avituallamiento de Font del Roure es tramposo, es el primer avituallamiento sólido y si no conoces la subida que hay justo después, un bocado de más te hace polvo. Asi que hidrato bien y guardo alguna pastita para el camino. Llegar a las Antenas de TV es saber que se ha superado el primer escollo. Y por Els Motllats me uno a un grupo con el que pasaré gran parte del día. Juntos llegamos a Prades, control con Paco y Carlos, saludo a Eloi que justo entra a Prades delante de mí y un avituallamiento ligero y rápido, cargando los bolsillos para el camino. Al salir de Prades, me uno al grupo e iniciamos la larga y pesada recta de casi 2km de carretera hasta enlazar con el PR que nos llevará, no sin caídas varias, hasta La Febró. Allí empiezo a notar el cansancio. Y subir els Avencs me destroza, pierdo el grupo y no los alcanzo hasta el control de la carretera de La Mussara. La bajada por Les Tosques es espectacular. Me animo, olvido mis dolores y mantengo un ritmo que permite adelantar a varios participantes, entre ellos David, al que las piedras del camino le han dejado huella allá dónde la espalda pierde su casto nombre. El avituallamiento de Vilaplana es característico por la coca que ofrecen, por la organización y servicio de reciclaje de basuras y por ser el punto y final a los caminos de montaña. A partir de aquí unos 14km básicamente planos, a excepción de la subida al salir de l'Aleixar. Pierdo el grupo y dejo atrás a David. El camino se hace insufrible, hace sol, no hay sombras y empiezan a adelantarme corredores que minan poquito a poquito mi moral. En l'Aleixar veo que el grupo aún se avitualla cuando llego, pero ellos ya no son mi objetivo. Empiezo el último tramo hasta Reus sólo, aunque me sigue pasando algún corredor. Llegados a la riera, el último jarro de agua fría. Eva y Sergi, superando todas sus expectativas, y las mías, me avanzan. Eva intenta animarme, pero su ritmo es a estas alturas de carrera, muy superior al mío. Llego al último control en Boca de la Mina sabiendo que a falta de 2km esto está más que hecho. Incluso adelanto un par de corredores. Espejismo. Antes de llegar al final, me recuperan la posición esos 2 y otro par de ellos que había dejado atrás mucho antes. La organización decide ponerme 2 minutos más del tiempo que marca mi crono, pero ya no me importa, estoy más que satisfecho. Con un crono de 7h49min, he bajado más de 1h el tiempo que yo me había propuesto de inicio, unas 9h, con lo que buscarle pegas al asunto es innecesario. Ha sido mi primera carrera larga de montaña, y no sólo he sufrido y disfrutado, sino que podría decir que he aprendido algo ... pero lo olvidé no sé cuándo!

viernes, 3 de junio de 2011
Por Campanillas
Un domingo más recojo a Prospero y nos encaminamos a nuestro destino. Aunque esta vez, tomo la salida de la izquierda en la rotonda de siempre, en lugar de tomar la de la derecha, y eso despierta a Prospero de sopetón. "A dónde vamos?" pregunta. "Hoy mando yo" respondo. Es mentira, no mando, simplemente hoy llevo el coche y eso me da cierto poder logístico. Aún así, parece que la idea le agrada y enseguida vuelven las risas matutinas y el pase de revista semanal.
Una vez llegados al Casal Vilaplanenc, decidimos la ruta. To'tieso p'arriba. Así es cómo arrancamos la mañana subiendo por Les Tosques. El camino se hace pesado de principio, está encementado y desde el minuto 0'00'' se sube, sin darte tiempo a calentar. Una vez llegados al tramo empedrado en sí, Les Tosques, el paisaje te envuelve, y las penas se hacen menos penas ... pero sigue subiendo. Yo enseguida noto la falta de entrenos y el calor, y decido andar más que correr, ya habrá tiempo de diversión. Llegando al pueblo de La Mussara, las vistas son espectaculares. Es una mañana de cielo azul y claro, y se empieza a agradecer la matinal, a pesar de la dureza del camino. Arriba, paramos un par de minutos para la foto de rigor y enseguida empezamos el descenso, después de contar el número de campistas en la zona, bien en furgo, bien en tienda. Me imagino las vistas del Camp de noche y pienso que podría estar bien acampar alguna vez.
El descenso lo tomamos con calma. Hoy el suelo no está ni mojado, ni encharcado, ni embarrado ni en definitiva, en unas condiciones díficiles cómo lo ha estado las últimas 3 ó 4 veces que he pasado por ahí en el último mes. Aún así, es una tramo con mucha piedra y roca suelta, cosa que hace que casi nunca apoyes los pies en firme. Decidimos no bajar por Els Garrigots, sino bien por Campanillas, bien por Les Tosques. Finalmente, nos quedamos con la primera opción, que también es la primera que nos topamos en el camino. Y sin desmerecer ni lo más mínimo el descenso por Les Tosques, ¡benditas Campanillas! El primer sector no es sólo espectacular, sino insano. Cada giro en curva es de ángulos rectos lindando con vacíos sólo camuflados por la espesa vegetación, que imagino se abriría y te engulliría cuál bosque encantado en caso de que tus pies no respondan al mensaje del cerebro de ¡frena! . Avisar al que te sigue con un ¡Cuidaoo! no es cosa de APM, si no de buena persona. Aprovechamos para echar alguna foto en en rinconcito que bien lo merecía, y Prospero aprovecha para explicarme una aventura suya de cuando se calzaba culottes de jovencito y subía en mtb por Campanillas ... lo suyo es de locos, pero así los quiere nuestro señor. Amén.
Justo para cuando el camino se hace más sereno, nos encontramos con el grupo de Carlos que un domingo más rondan la zona. A ellos les queda el tramo más duro, a nosotros, el más rápido. y es que ya nos hemos encendido y no hay vuelta atrás. Echamos leña a nuestros hornos y volamos raso. El camino lo permite, se ha ensanchado algo, es más bien liso y los pies se pueden apoyar en firme, siempre y cuando no pises raíces. Hemos alcanzado la zona por la que suben las torres de luz y ya no vamos bajo bosque. De repente veo que Prospero derrapa levantando una nube de polvo que lo cubre todo (licencia de autor, ni derrapa ni levanta nube de polvo) Avituallamiento. Hay un cerezo. Dan ganas de no moverse de ahí. Nos movemos, no es plan. Y así enfilamos el último sector en el que el camino vuelve a ser encementado, hay masías alrededor y ya divisamos Vilaplana. Se agradece hacer caminos nuevos para la vista y los sentidos.
El descenso lo tomamos con calma. Hoy el suelo no está ni mojado, ni encharcado, ni embarrado ni en definitiva, en unas condiciones díficiles cómo lo ha estado las últimas 3 ó 4 veces que he pasado por ahí en el último mes. Aún así, es una tramo con mucha piedra y roca suelta, cosa que hace que casi nunca apoyes los pies en firme. Decidimos no bajar por Els Garrigots, sino bien por Campanillas, bien por Les Tosques. Finalmente, nos quedamos con la primera opción, que también es la primera que nos topamos en el camino. Y sin desmerecer ni lo más mínimo el descenso por Les Tosques, ¡benditas Campanillas! El primer sector no es sólo espectacular, sino insano. Cada giro en curva es de ángulos rectos lindando con vacíos sólo camuflados por la espesa vegetación, que imagino se abriría y te engulliría cuál bosque encantado en caso de que tus pies no respondan al mensaje del cerebro de ¡frena! . Avisar al que te sigue con un ¡Cuidaoo! no es cosa de APM, si no de buena persona. Aprovechamos para echar alguna foto en en rinconcito que bien lo merecía, y Prospero aprovecha para explicarme una aventura suya de cuando se calzaba culottes de jovencito y subía en mtb por Campanillas ... lo suyo es de locos, pero así los quiere nuestro señor. Amén.
Justo para cuando el camino se hace más sereno, nos encontramos con el grupo de Carlos que un domingo más rondan la zona. A ellos les queda el tramo más duro, a nosotros, el más rápido. y es que ya nos hemos encendido y no hay vuelta atrás. Echamos leña a nuestros hornos y volamos raso. El camino lo permite, se ha ensanchado algo, es más bien liso y los pies se pueden apoyar en firme, siempre y cuando no pises raíces. Hemos alcanzado la zona por la que suben las torres de luz y ya no vamos bajo bosque. De repente veo que Prospero derrapa levantando una nube de polvo que lo cubre todo (licencia de autor, ni derrapa ni levanta nube de polvo) Avituallamiento. Hay un cerezo. Dan ganas de no moverse de ahí. Nos movemos, no es plan. Y así enfilamos el último sector en el que el camino vuelve a ser encementado, hay masías alrededor y ya divisamos Vilaplana. Se agradece hacer caminos nuevos para la vista y los sentidos.
domingo, 15 de mayo de 2011
Vilaplana - La Mussara - Vilaplana
El domingo amanecía soleado, pero frío y con viento. Odio el viento. Desayuno típico y hacia Vilaplana. Laia hace la caminada y hay que llegar temprano. Una vez allí, sigue haciendo frío, aunque no tanto viento. Sol solet, vine'm a veure cony! Les Tosques rondan por la mente, y encontrarme con Isma, David, Anna, Eloi, Oscar y Edu me va distrayendo.
Una vez dada la salida, se me escapan los anteriores y veo que la subida va a ser tan difícil cómo preveía. Es imposible coger el ritmo, el camino es demasiado estrecho. Avui toca patir. Me duele el estómago a rabiar y me planteo parar a vomitar. Aguanto y a mitad de subida doy alcance a Edu y a David, y casi al final, Eloi también me saca unos metros. Llegar a La Mussara es todo un placer, lástima que el avituallamiento sea tan pírrico. Mis problemas estomacales no eran más que un aviso. Tengo un hambre voraz. Eso me alegra. Quiero decir que saber qué tenía me despeja. Sólo tengo hambre. Pues nada, a correr hacia Vilaplana, a comerse un bocata de chorizo!! La bajadita inicial es brutal, muy técnica y gracias a las lluvias del día anterior, muy resbaladiza. Voy superando corredores y oigo que se van quedando atrás. La gente toma precauciones. Yo, sigo teniendo hambre. Llegados a un tramo de llaneo hasta el campo de tiro, pierdo posiciones que recupero rápidamente al llegar a la bajada de Els Garrigots, otra vez técnica y divertidísima. Los cautos no opinan igual, y esperan su oportunidad al último tramo llano. En él, me hacen la piel 4 ó 5 y sólo consigo superar finalmente a uno de ellos entrando en Vilaplana, para llegar el 115º con un tiempo de 1h41'19'', 16min por debajo del tiempo del año pasado. Me siento vacío, cómo si el estómago me tocara la espalda.
Hoy he disfrutado mucho, y he aprendido más. Nunca había tenido esa sensación de hambre en plena carrera o entreno, y el hecho de concentrarme en el camino y dejarlo de lado ha sido todo un esfuerzo que bien a merecido la pena al final. Y a pesar de todo, he compartido el bocata con Suso que se ha acercado a vernos. No como Próspero, que con su cohete en el culo, se ha dado media vuelta por no se qué de no tener tiempo ... me suena eso.
Laia ha llegado por debajo de las 3h, con buenas sensaciones incluso habiéndose perdido en algún tramo. Es una crack!
lunes, 18 de abril de 2011
AlmosTrek'11
Una año más, y ya van 3, llega l'Almostrek'11. Quizás sea la carrera más especial para nosotros dos, por lo menos, para el que aquí escribe. No hacía 2 meses que corría que me apunté a la 1ª edición de la AlmosTrek (2009) y quedé antepenúltimo en un recorrido de unos 13km. Aquellos inicios ... luego vinieron otras carreras de montaña y el año pasado, ante un recorrido exigente, l'AlmosTrek'10 nos quedamos con un muy mal sabor de boca. Por un lado, la confirmación de que yo "no estaba tan bien"; por el otro, la lesión de Próspero. Pero los diferentes recorridos que año tras año se plantean en esta carrera conllevan un componente anímico especial: y es que participar en AlmosTrek supone competir en casa. Esos son los caminos que recorremos domingo tras domingo, desde hace años, antes en btt, ahora corriendo. Se podría decir que nos conocemos la zona con los ojos cerrados. Y eso, siempre es un plus en competición. Ojo, que hablamos de simples participantes, que lejos nos quedan los ganadores, aunque Próspero haya andado cerca algún año.
Este año tenía un valor añadido. Mi estimada compañera de fatigas y aventuras, a la par que paciente esposa, participaba en la caminata.
Y llegó el gran día. El gran día que llega la mañana siguiente de un Madrid-Barça que hace que nos vayamos a dormir bien entrada la noche, cerquita de la madrugada, con el consiguiente estado nervioso-adrenalítico-cervecero. Levantarse temprano para desayunar bien y plantarnos en la zona de salida de caminantes. Gran cantidad de participantes materializan la salida de la prueba una hora antes de la carrera. Poco a poco van llegando mis "rivales" y no hay manera de matar el gusanillo de los nervios. Con la llegada de conocidos y los saludos y conversaciones previas uno distrae la mente, así que decido que mejor me quedo entre ellos y compruebo que ese es el estado general. Nadie se juega nada más que su propio orgullo y objetivo: mejorar en el plan personal. Yo también. Tengo en mente un "mejor" y un "peor" tiempo estimado, es el momento de demostrar(me)lo.
Suena la bocina y los pitidos de los chips al cruzar la línea de salida ensordecen las zancadas de la gran cantidad de atletas que tomamos la salida. Se sale de la pista de handbol/futbito annexas a las piscinas/estadio de futbol del pueblo, y se rodea esa zona para coger la subida desde la misma riera. Sin querer voy dejando a Eva y cruzamos el pueblo hasta llegar al primer embudo, inevitable, clásico, selectivo. Este año es más suave, así que bien vale el esfuerzo de un buen sprint. Adelanto a mucha gente, que en cuanto llegamos al llano, vuelve a pasarme. Odio no poder llevar el ritmo que yo quiero, así que doy por buena la acción, aunque no parezca servir de nada. Pero sirve. Ese es mi ritmo. Seguimos hacia el Mas d'en Victor, adelanto a David al que veo cansado y oigo respirar fatal, y justo antes de llegar, otro embudo. Este me lo como impepinablemente. Y a partir de ahí, me propongo quitarme de enmedio a ese grupo que va muy parecido a mi, pero algo más lentos en subida. Así que subo un poco el ritmo, alcanzo a Edu B. y veo que no me sigue. Subida por Mas dels Gossos, dónde me deshago de más gente y me encuentro en un grupito con el que llegaremos muy a la par a meta. Nos tiramos hacia la riera y pasado el primer avituallamiento llega la trialera del Salt. Hace mucho calor, y veo que mi ritmo en subida no es el que yo esperaba. Decido andar allá dónde no lo vea claro y correr a la mínima que suavice el terreno. Y así, voy adelantado a más participantes. Igual hacen el resto de componentes de este grupito que hemos formado unos 6, en un margen de 20 metros. Una vez arriba, encaramos el llaneo hacia la subida al Coll de St Joan. Veo que la gente en llano aprieta, y soy consciente que por un lado, ese no es mi ritmo, y por el otro, no puedo dejarlos escapar pues son un buen grupo a seguir. Al inicio de la subida acabo apretando para unirme a un par que veo más fuertes. En la línea de meta conozco sus nombres, Gabi y Xavi.
Es entonces cuando la adrenalina se dispara. Alcanzo a Laia, a la que ya llevo un buen rato esperando atrapar, y afortunadamente no lo hacía. Sé que lleva un buen ritmo y que hará un buen tiempo por qué allí dónde la encuentro, sólo le queda escaso 1km de subida. Además veo que va bien acompañada por un matrimonio que me la cuida, y eso me alivia al pensar que no lo pasa mal.
Gabi va marcándole el ritmo a Xavi, y va tirando de él. Veo que es un "Próspero" y a él decido hacer caso. Entablamos conversación los tres y sin darnos cuenta, nos vamos animando y estirando los unos a los otros. Llegamos al Pi del Coll de St Joan. Sólo queda una subida más, el Coll de Matamoros. Último embudo. A estas alturas, el camino está lleno de caminantes, que hacen que el ritmo sea más lento y torpe. Es díficil subir cuando no ves suelo, sino pies, piernas y palos. Las mochilas invaden el espacio vital y hay que hacer un esfuerzo extra para mantener el equilibrio. Pero merece la pena. Al llegar arriba, estiro los brazos en señal de victoria. Necesito un último arreón y eso me anima. Veo bajar gente del Puig d'en Cama y me hundo al pensar que hay que subirlo. Enseguida Gabi y las cintas BIEN PUESTAS me indican que el destino es Almoster, a 4km escasos, todo recto hacia abajo. Los que bajan del Puig nos pasan como una exhalación. En meta les oigo decir que habían llegado a casi La Selva del Camp. Me viene a la mente la imagen de esos animales de carga que les tapan los ojos para que sólo miren al frente ... y luego se quejan de la mala organización y tal y tal. Excusas de mal perdedor. Y al que perdemos es a Gabi, está más fuerte y nos adelanta unos buenos metros. Xavi y yo vamos animándonos y acabamos de adelantar a algún otro que ya va fundido. Una vez en el pueblo, se me suben los gemelos de las dos piernas y veo que no puedo apretar más. Tenemos delante a unos cuantos, a los que sé podría dar alcance en un sprint largo, tengo piernas para ello, Próspero lo sabe, pero mis gemelos me dan otro aviso la segunda vez que intento apretar. Desisto. Intentaré aguantar posición. Llegamos al campo de fútbol y NO!!!! El grupito de delante se equivoca de camino, qué rabia! Los adelantamos, y oígo que no soy el único que maldice en voz alta su mala suerte, solidaridad de runner popular, me encanta, somos todos rivales y compañeros, me emociono. Pero es su mala suerte, ya habrá tiempo de comentarla en meta. Le digo a Xavi que no le puedo disputar el sprint y me dá las gracias, él tampoco puede más. Entramos juntos en meta, dónde Gabi nos esperaba. Ha sido todo un placer encontrarnos y hacer la mitad de la carrera juntos. 1h31'31'' es el tiempo oficial. 1min más que mi mejor tiempo previsto. Estoy muy contento. Y entonces veo a Anna y ya sólo tengo ojos para mi niña.
Laia llega unos 30min después, bajando de las 3h. Creo que ha hecho un tiempazo, es su primera caminata y las llagas y ampollas de sus pies así lo demuestran. Enhorabuena y gracias por acompañarme!!
La mañana de domingo es espectacular, mitad de abril y el sol es de justicia. La família y amigos nos acompañan. No se puede pedir más. Bueno sí. Hay carreras de niños. Y en la de pequeños, Anna, Bruno y hasta Lucía participan. No hay trofeos, ni ganadores ni perdedores. Hay niños corriendo, padres soñando y mucha alegría. Ahora sí, no se puede pedir más.
PD: Próspero, recupérate pronto. Una AlmosTrek sin tí es como una ensalada sin lechuga. Tooooma! (hoy es lunes, día mundial del régimen, de ahí lo de la lechuga ...)
Y llegó el gran día. El gran día que llega la mañana siguiente de un Madrid-Barça que hace que nos vayamos a dormir bien entrada la noche, cerquita de la madrugada, con el consiguiente estado nervioso-adrenalítico-cervecero. Levantarse temprano para desayunar bien y plantarnos en la zona de salida de caminantes. Gran cantidad de participantes materializan la salida de la prueba una hora antes de la carrera. Poco a poco van llegando mis "rivales" y no hay manera de matar el gusanillo de los nervios. Con la llegada de conocidos y los saludos y conversaciones previas uno distrae la mente, así que decido que mejor me quedo entre ellos y compruebo que ese es el estado general. Nadie se juega nada más que su propio orgullo y objetivo: mejorar en el plan personal. Yo también. Tengo en mente un "mejor" y un "peor" tiempo estimado, es el momento de demostrar(me)lo.
Suena la bocina y los pitidos de los chips al cruzar la línea de salida ensordecen las zancadas de la gran cantidad de atletas que tomamos la salida. Se sale de la pista de handbol/futbito annexas a las piscinas/estadio de futbol del pueblo, y se rodea esa zona para coger la subida desde la misma riera. Sin querer voy dejando a Eva y cruzamos el pueblo hasta llegar al primer embudo, inevitable, clásico, selectivo. Este año es más suave, así que bien vale el esfuerzo de un buen sprint. Adelanto a mucha gente, que en cuanto llegamos al llano, vuelve a pasarme. Odio no poder llevar el ritmo que yo quiero, así que doy por buena la acción, aunque no parezca servir de nada. Pero sirve. Ese es mi ritmo. Seguimos hacia el Mas d'en Victor, adelanto a David al que veo cansado y oigo respirar fatal, y justo antes de llegar, otro embudo. Este me lo como impepinablemente. Y a partir de ahí, me propongo quitarme de enmedio a ese grupo que va muy parecido a mi, pero algo más lentos en subida. Así que subo un poco el ritmo, alcanzo a Edu B. y veo que no me sigue. Subida por Mas dels Gossos, dónde me deshago de más gente y me encuentro en un grupito con el que llegaremos muy a la par a meta. Nos tiramos hacia la riera y pasado el primer avituallamiento llega la trialera del Salt. Hace mucho calor, y veo que mi ritmo en subida no es el que yo esperaba. Decido andar allá dónde no lo vea claro y correr a la mínima que suavice el terreno. Y así, voy adelantado a más participantes. Igual hacen el resto de componentes de este grupito que hemos formado unos 6, en un margen de 20 metros. Una vez arriba, encaramos el llaneo hacia la subida al Coll de St Joan. Veo que la gente en llano aprieta, y soy consciente que por un lado, ese no es mi ritmo, y por el otro, no puedo dejarlos escapar pues son un buen grupo a seguir. Al inicio de la subida acabo apretando para unirme a un par que veo más fuertes. En la línea de meta conozco sus nombres, Gabi y Xavi.
Es entonces cuando la adrenalina se dispara. Alcanzo a Laia, a la que ya llevo un buen rato esperando atrapar, y afortunadamente no lo hacía. Sé que lleva un buen ritmo y que hará un buen tiempo por qué allí dónde la encuentro, sólo le queda escaso 1km de subida. Además veo que va bien acompañada por un matrimonio que me la cuida, y eso me alivia al pensar que no lo pasa mal.
Gabi va marcándole el ritmo a Xavi, y va tirando de él. Veo que es un "Próspero" y a él decido hacer caso. Entablamos conversación los tres y sin darnos cuenta, nos vamos animando y estirando los unos a los otros. Llegamos al Pi del Coll de St Joan. Sólo queda una subida más, el Coll de Matamoros. Último embudo. A estas alturas, el camino está lleno de caminantes, que hacen que el ritmo sea más lento y torpe. Es díficil subir cuando no ves suelo, sino pies, piernas y palos. Las mochilas invaden el espacio vital y hay que hacer un esfuerzo extra para mantener el equilibrio. Pero merece la pena. Al llegar arriba, estiro los brazos en señal de victoria. Necesito un último arreón y eso me anima. Veo bajar gente del Puig d'en Cama y me hundo al pensar que hay que subirlo. Enseguida Gabi y las cintas BIEN PUESTAS me indican que el destino es Almoster, a 4km escasos, todo recto hacia abajo. Los que bajan del Puig nos pasan como una exhalación. En meta les oigo decir que habían llegado a casi La Selva del Camp. Me viene a la mente la imagen de esos animales de carga que les tapan los ojos para que sólo miren al frente ... y luego se quejan de la mala organización y tal y tal. Excusas de mal perdedor. Y al que perdemos es a Gabi, está más fuerte y nos adelanta unos buenos metros. Xavi y yo vamos animándonos y acabamos de adelantar a algún otro que ya va fundido. Una vez en el pueblo, se me suben los gemelos de las dos piernas y veo que no puedo apretar más. Tenemos delante a unos cuantos, a los que sé podría dar alcance en un sprint largo, tengo piernas para ello, Próspero lo sabe, pero mis gemelos me dan otro aviso la segunda vez que intento apretar. Desisto. Intentaré aguantar posición. Llegamos al campo de fútbol y NO!!!! El grupito de delante se equivoca de camino, qué rabia! Los adelantamos, y oígo que no soy el único que maldice en voz alta su mala suerte, solidaridad de runner popular, me encanta, somos todos rivales y compañeros, me emociono. Pero es su mala suerte, ya habrá tiempo de comentarla en meta. Le digo a Xavi que no le puedo disputar el sprint y me dá las gracias, él tampoco puede más. Entramos juntos en meta, dónde Gabi nos esperaba. Ha sido todo un placer encontrarnos y hacer la mitad de la carrera juntos. 1h31'31'' es el tiempo oficial. 1min más que mi mejor tiempo previsto. Estoy muy contento. Y entonces veo a Anna y ya sólo tengo ojos para mi niña.
Laia llega unos 30min después, bajando de las 3h. Creo que ha hecho un tiempazo, es su primera caminata y las llagas y ampollas de sus pies así lo demuestran. Enhorabuena y gracias por acompañarme!!
La mañana de domingo es espectacular, mitad de abril y el sol es de justicia. La família y amigos nos acompañan. No se puede pedir más. Bueno sí. Hay carreras de niños. Y en la de pequeños, Anna, Bruno y hasta Lucía participan. No hay trofeos, ni ganadores ni perdedores. Hay niños corriendo, padres soñando y mucha alegría. Ahora sí, no se puede pedir más.
PD: Próspero, recupérate pronto. Una AlmosTrek sin tí es como una ensalada sin lechuga. Tooooma! (hoy es lunes, día mundial del régimen, de ahí lo de la lechuga ...)
Línea de meta
domingo, 27 de marzo de 2011
Repetidores de la Mussara
Hacer una subida a los repetidores siempre es gratificante. Si la temperatura acompaña, además, es motivante. Las vistas excepcionales de toda la costa y del "Camp" y esa bajada trepidante hasta el Coll de la Batalla que te deja casi sin aliento en algún tramo. Una estupenda mañana.

"Antenas" y repetidor de la Mussara
domingo, 6 de marzo de 2011
Vermut
Pues era día de hacer una larga, buena temperatura, solecito, primavera a principios de marzo. En la mente, la 2ª subida a La Portella, en la que no nos vemos con ánimo de participar de una manera decente. La maratón de Barcelona, que alguna vez ha sido planteada. Y resulta que cómo dijo aquél, "no estamos tan mal". Pero aún lejos de un punto aceptable.
Planteamos la ruta de camino al Picarany con la imagen del Puig d'en Cama en el horizonte. Trialeras arriba y abajo y algo de rodaje. Dicho y hecho. El primer descenso por la trialera del Salt nos sirve de toma de contacto. Enseguida subimos por otra trialera que sube de la riera al camino del Puig del Perelló, para rodear el bosque y volver a bajar por otra trialera que desemboca en la anterior y de ahí subir la trialera del Salt. Un 8, de 7 km escasos, explosivo. De ahí, camí de les Aixetones dirección Almoster y justo antes de llegar, trialera hasta el pueblo, a ritmo de vértigo. Es de esos momentos en los que uno agradece levantarse temprano un domingo. Giro a la derecha y camino del Picarany. Y entonces uno maldice levantarse temprano un domingo. Quizás no estemos tan bien. Todo y con eso, consigo no perder de vista a Prospero y después del calvario de la última subida, la Niña nos alegra el espíritu y hace olvidar que las bajadas tienen una cara B. Al final, salida no tan larga en kilometraje cómo se preveía, aunque bastante buena en tiempo.
Nota: algún día tomaremos la palabra a Juanjo y nos haremos un vermut en su casa.
Planteamos la ruta de camino al Picarany con la imagen del Puig d'en Cama en el horizonte. Trialeras arriba y abajo y algo de rodaje. Dicho y hecho. El primer descenso por la trialera del Salt nos sirve de toma de contacto. Enseguida subimos por otra trialera que sube de la riera al camino del Puig del Perelló, para rodear el bosque y volver a bajar por otra trialera que desemboca en la anterior y de ahí subir la trialera del Salt. Un 8, de 7 km escasos, explosivo. De ahí, camí de les Aixetones dirección Almoster y justo antes de llegar, trialera hasta el pueblo, a ritmo de vértigo. Es de esos momentos en los que uno agradece levantarse temprano un domingo. Giro a la derecha y camino del Picarany. Y entonces uno maldice levantarse temprano un domingo. Quizás no estemos tan bien. Todo y con eso, consigo no perder de vista a Prospero y después del calvario de la última subida, la Niña nos alegra el espíritu y hace olvidar que las bajadas tienen una cara B. Al final, salida no tan larga en kilometraje cómo se preveía, aunque bastante buena en tiempo.
Nota: algún día tomaremos la palabra a Juanjo y nos haremos un vermut en su casa.
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